miércoles, 26 de noviembre de 2008

Todo animal tiene derecho a la vida

Todo animal que el hombre haya escogido como compañero, tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural”. Esto dice, en el artículo 6ª), la Declaración de los Derechos del Animal, adoptada por la Liga Internacional de los Derechos del Animal en 1977 y aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros a favor de nuestro perro o nuestro gato, o aquél que tiene un caballo como compañero, para que su vida sea conforme a la longevidad natural? Aquí hay que diferenciar dos factores muy claros: Una cosa es la longevidad en sí misma y otra muy distinta son esos años que le corresponden pero “llenos de vida”.

Los animales, al igual que las personas, pasan por distintas circunstancias en las cuales a veces se enferman o sufren algún accidente. Ambos hechos son evitables en un alto porcentaje llevando una vida prudente y sabia, tanto en la alimentación como en lo que se refiere a no buscar innecesariamente peligros que pueden transformarse en accidentes.

Se puede tener una vida larga pero sufriendo enfermedades y accidentes o una vida larga con salud y preservando la propia integridad corporal y psíquica. Y esto es para animales y para personas por igual. Si no procuro tener una alimentación sana y natural tengo más probabilidades de enfermarme. Si cruzo la calle sin antes mirar a ambos lados, es probable que un auto me lleve por delante.

A veces vemos perros gordos, ésto es sinónimo de mala salud. Se produce cuando el animal no está siendo alimentado sabiamente. Va arrastrando su cuerpo y sufriendo por ello. La obesidad es mala tanto para personas como para animales. También se ven perros extraviados y es, a veces, porque los sueltan en la calle o los dejan que “se paseen solos”. Esos perros tienen más riesgo de sufrir algún accidente.

Como podemos ver, una existencia larga y fructífera, tanto para personas como para animales, va mucho más allá de que sea por muchos años, debe estar llena de vigor y energía, de bienestar y vitalidad. Agregar años a la vida nunca puede compararse con el profundo sentido de vivir, que es “agregar vida a los años”.

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