lunes, 13 de julio de 2009

Animales en peligro, animales protegidos

El huemul es un animal que vive en el sur de Argentina y en Chile. Pequeño de estatura y grandes orejas. Es como un ciervo de patas cortas y fuertes. Muy tristemente su vida se ha ido acortando, no porque viva 13 o 14 años sino por acción del "gran depredador" que ha ido ultimando su hábitat natural. En Argentina se estiman en la actualidad alrededor de sólo 700 ejemplares.
Ellos son animales mansos. Comen hierbas, flores y tallos. Ante el peligro no se defienden, quedan quietos y asustados. Pueden morir por el miedo si su corazón no llega a resistirlo. Algunos ante el peligro se arrojan a los lagos muriendo ahogados. Otros se quedan inmóviles aún cuando la amenaza haya desaparecido.
El principal enemigo natural del huemul es el puma. Pero esta especie es parte del normal equilibrio ambiental. Cada animal creado responde a un orden y a una orden dada desde el Cielo para cumplir su función original. Lo que no es natural, ni original, ni equilibrado es que el hombre en su ambición y ansia de poder explote irracionalmente los bosques o produzca incendios devastando el hogar de tantas especies, o cace indiscriminadamente para satisfacer su egocentrismo.
Pero como siempre, hay otros hombres que trabajan para el bien. El objetivo es proteger a estos animales tan maravillosos que bendicen con su presencia nuestro planeta y nos enseñan, para vergüenza nuestra, con su mansa actitud. A pedido de La Fundación Vida Silvestre Argentina esta especie ha sido declarada Monumento Natural Nacional, siendo ésta la máxima protección que puede recibir una especie. En Chile el huemul es el animal nacional y forma parte de su escudo.
En los parques nacionales argentinos de Lago Puelo, Nahuel Huapi, Los Alerces, Los Glaciares y Perito Moreno y parques nacionales chilenos viven estos animales, estando allí protegidos de la mala mano del hombre. Su peligro de extinción data de 1976. Pero ahora su vida está a merced de la colaboración y voluntad de otros hombres y de la Buena Mano de Dios.
No nos desentendamos. Hablemos, hagamos conocer estas cosas a todos, sobre todo a los niños. Eduquemos. Ellos tienen que aprender a valorar y amar a los seres vivos que habitan el planeta. Seres que meren vivir, felices, libres y no sobrevivir. Aprendamos y enseñemos la ley del amor: "...no hace nada indebido, no busca lo suyo..."

jueves, 7 de mayo de 2009

¿Aves de corto vuelo?

Pájaros carpinteros en sus 83 variedades, albatros, avutardas y muchísimas otras especies de aves a lo largo y ancho del planeta, corren peligro de extinción. ¡¿Quién es el culpable?!

Los animales no se autoeliminan ni atentan porque sí contra las otras especies, sino que se mantienen fieles al orden establecido desde la misma creación del mundo. Ellos tienen la sabiduría intrínseca de guardar su especie, el equilibrio ecológico y por ende el planeta. El único que perdió la sabiduría original es el que al comienzo fue puesto líder de todo lo que existe, el tristemente caído y culpable hombre.

La falta de creatividad y la mal usada inteligencia hace que de las bellas aves marinas llamadas albatros queden menos de cien ejemplares de algunas de sus diecisiete especies existentes. Barcos pesqueros sin escrúpulos arrastran tras de sí largas líneas con carnada. Las aves se zambullen para comer y son arrastradas al fondo del mar. Y así como ocurre con esta especie también sucede con tantas otras, víctimas de la necedad humana.

Es muy corriente escuchar que las grandes organizaciones, los gobiernos, las empresas fraudulentas, los amantes del poder y de su propio bolsillo son los culpables de todos estos desmanes. Y no deja de ser cierto; hay muchos intereses creados en todos los lugares del mundo y son muy pocos los que se ocupan desinteresadamente del bienestar de las aves, por ejemplo, o de las especies vegetales, o de otros animales víctimas del tráfico ilegal. La omnipotencia humana, la prepotencia y el amor al dinero, raíz de todos los males, ha hecho a gran parte de los hombres siervos ignorantes de sus deseos egoístas.

Pero también, y gracias a Dios por ellos, existen otros humanos mucho más sensibles, sabios y respetuosos de lo creado. Son hombres y mujeres científicos algunos de ellos, otros directores de organizaciones que se ocupan de proteger las diferentes especies, observadores y amantes de los pájaros, conservacionistas, todos unidos por el mismo espíritu de amor hacia las aves y su medio ambiente.

¿En qué grupo nos encontramos cada uno de nosotros? Muchos podrían decir, y es la mayoría, que ellos no dañan a ningún animal, a ningún pájaro, que no se meten con los árboles ni con las plantas. Pero cuando guardamos silencio ante la injusticia cometida a un inocente, estamos siendo cómplices de lo malo. Si yo veo chicos “jugando” con una honda en el parque cazando palomas y miro para otro lado me estoy haciendo cómplice de ellos. Si tengo encerrado un pájaro en una pequeña jaulita que apenas lo contiene para que me cante todas las mañanas soy igual que los que matan los albatros. Sólo hay dos posiciones frente a la injusticia: la practico o la denuncio.

Dios nos ayude a comprender que los inocentes animales no pueden defenderse a sí mismos, es necesario que los que tenemos voz la levantemos por ellos para decirles a otros humanos: “¡¿Qué estamos haciendo con la creación, qué estamos haciendo con nuestra vida?!”. Cada uno de nosotros podemos ayudar en algo, ya sea diciendo las cosas, ya sea formando parte de algún grupo conservacionista, enseñando a los niños, cuidando los animales que tenemos en casa respetando las necesidades de su especie, no usando productos de ningún tipo que implique en su fabricación el sacrifico innecesario de animales, y todo lo que se nos ocurra. Es por el bien de los animales y por nuestra propia dignidad humana.






martes, 24 de marzo de 2009

Al perro perro y al gato gato


Hace ya varios años que nuestros animales domésticos, tanto perros como gatos y otros animales que suelen vivir en el hogar, se han transformado en víctimas de nuestro incorrecto hablar.
Muchas veces empleamos mal un vocablo en forma colectiva, simplemente por ignorancia, y entre todos nos entendemos porque todos hablamos igual, pero estamos incurriendo en un tremendo error de concepto y podemos llegar a decir aberraciones sin saberlo.

Tal es el caso de la palabra “mascota”, mediante la cual comúnmente, nos solemos referir a un perro, a un gato o a cualquier otro animal doméstico. Este vocablo está sumamente difundido en nuestro idioma. Por lo general, se lo usa como traducción de la palabra inglesa “pet”. Pero “pet” significa favorito, amorcito, mimado y “mascota” que viene del francés mascotte, es amuleto, y viene de una palabra de origen occitano que significa embrujo, hechizo. A su vez, esa palabra deriva de otra de origen germánico o celta, que es masca y significa bruja.

Como vemos, existe una enorme distancia entre pet y mascota.
Es bueno que hablemos en nuestro idioma, y no diremos pet, pero mascota... ¿es realmente la palabra correcta para mencionar a nuestros perros y gatos, conociendo lo que significa tal palabra? Mejor llamémoslos por su nombre. El perro es perro y el gato es gato. Después vienen, por supuesto, los apodos tiernos que ellos nos inspiran.

Cuando las costumbres se encuentran muy arraigadas socialmente y son de uso tan frecuente no es fácil combatirlas. Pero sería interesante que tratemos de corregirnos a nosotros mismos y que se lo enseñemos a los niños. Además, hay un Único Creador que dió vida a las bellas criaturas que tenemos en casa y que alegran tanto nuestras vidas, y no es precisamente una bruja ni un brujo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

¿De quién son los animales?

Los animales ya existían cuando el primer hombre y la primera mujer vieron la luz en este planeta. Las aves ya volaban, había animales salvajes en la selva, peces en el mar y cada animal de campo ya estaba pastando. En realidad, el hombre fue puesto en un maravilloso lugar de increíble belleza, donde todo era armonía y paz.

Y al hombre le fue permitido dar un nombre a cada animal. Y él sabía qué lugar le correspondía a cada animal y qué lugar le pertenecía a él respecto de ellos. Ese primer hombre comía de lo que daba la tierra y los frutos de los árboles. Y todos los animales sólo comían hierba. El hombre sabía que los animales y todo lo que lo rodeaba, tenían un sólo dueño, Aquél que los había creado.

El tiempo pasaba y el hombre vió que algunos animales alegraban su vida a través de sus cantos, como los pájaros, o de su belleza especial, como las mariposas. Otros animales fueron de grata compañía, como el perro o el caballo. El hombre y su mujer disfrutaban de la hermosa fauna puesta en la tierra y la respetaban. Ellos sabían que todos eran seres creados, como ellos mismos.

El hombre y la mujer habían sido dotados de una sensibilidad especial, hechos a imagen y semejanza de su Creador, para comprender la naturaleza y los animales. Ellos tenían sabiduría y eran inocentes como lo eran los animales. Vivían felices porque estaban en armonía con el Creador y con la creación.

El día que los seres humanos cayeron en el engaño de la soberbia, ese mismo día perdieron todo. La felicidad se transformó en tristeza. La sabiduría se hizo ignorancia y la paz turbación. Perdieron la amistad con su Creador y comenzaron a tenerle miedo. Dejaron de disfrutar de la naturaleza y olvidaron la comprensión y el respeto hacia los animales. Tuvieron que empezar de nuevo, y con mucho dolor.

Con el correr de los tiempos el dolor se hizo mayor. El hombre fue creando paliativos para suplir lo que perdió, pero de poco le han servido. Ha querido aturdirse de mil formas diferentes y, al presente, ya no sabe qué más inventar. ¿De quién son los animales? No tiene la respuesta a esta pregunta porque la extravió por el camino. Tampoco sabe de dónde procede él mismo ni a quién pertenece.

El ser humano ha llegado a un punto tal de absurda omnipotencia por haber elegido tan mal. Preferir la oscuridad a la luz lo llevó a la total insensatez. Los animales y toda la naturaleza gimen y gritan por causa de la maldad que ha proliferado sobre el planeta. Y esto fue producido por el ser que fue el más perfecto de todos los creados. Y hoy es el gran depredador.

Pero aún queda una esperanza. Depende de que el hombre vuelva a aquel principio. En algunos lugares, en ciertos grupos se practica este “retornar”. Hay personas muy bien intencionadas que buscan esta vuelta. Han comprendido que los animales están para que los amemos y los cuidemos. Hay quienes también entienden que los árboles y los ríos no son sólo buenos porque nos convienen como sustento, sino que lo son en sí mismos.

El secreto del retorno está en la Navidad. Observemos un momento el pesebre y detengámonos unos segundos en el niño. Es probable que veamos subir por detrás de él, una sombra estirada con la forma de una cruz... Nació con un propósito: devolverle a cada ser humano aquello del principio. Cuando alcemos nuestras copas en esta Nochebuena pensemos en el nacimiento, pero también en la cruz. Allí está el secreto de nuestra salvación.

La reconciliación del hombre con su Creador viene solamente a través del que nació, murió pero también resucitó y vive para siempre. A partir de ahí el hombre comenzará otra vez, como en aquél principio. Y podrá entender que los animales son de Dios y que están en esta tierra para que los amemos y los cuidemos todo lo más que cada uno pueda.


miércoles, 26 de noviembre de 2008

Todo animal tiene derecho a la vida

Todo animal que el hombre haya escogido como compañero, tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural”. Esto dice, en el artículo 6ª), la Declaración de los Derechos del Animal, adoptada por la Liga Internacional de los Derechos del Animal en 1977 y aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros a favor de nuestro perro o nuestro gato, o aquél que tiene un caballo como compañero, para que su vida sea conforme a la longevidad natural? Aquí hay que diferenciar dos factores muy claros: Una cosa es la longevidad en sí misma y otra muy distinta son esos años que le corresponden pero “llenos de vida”.

Los animales, al igual que las personas, pasan por distintas circunstancias en las cuales a veces se enferman o sufren algún accidente. Ambos hechos son evitables en un alto porcentaje llevando una vida prudente y sabia, tanto en la alimentación como en lo que se refiere a no buscar innecesariamente peligros que pueden transformarse en accidentes.

Se puede tener una vida larga pero sufriendo enfermedades y accidentes o una vida larga con salud y preservando la propia integridad corporal y psíquica. Y esto es para animales y para personas por igual. Si no procuro tener una alimentación sana y natural tengo más probabilidades de enfermarme. Si cruzo la calle sin antes mirar a ambos lados, es probable que un auto me lleve por delante.

A veces vemos perros gordos, ésto es sinónimo de mala salud. Se produce cuando el animal no está siendo alimentado sabiamente. Va arrastrando su cuerpo y sufriendo por ello. La obesidad es mala tanto para personas como para animales. También se ven perros extraviados y es, a veces, porque los sueltan en la calle o los dejan que “se paseen solos”. Esos perros tienen más riesgo de sufrir algún accidente.

Como podemos ver, una existencia larga y fructífera, tanto para personas como para animales, va mucho más allá de que sea por muchos años, debe estar llena de vigor y energía, de bienestar y vitalidad. Agregar años a la vida nunca puede compararse con el profundo sentido de vivir, que es “agregar vida a los años”.

martes, 4 de noviembre de 2008

Dieta vegetariana para perros


Son muchos los que dicen que el perro es un animal omnívoro por la posibilidad que tiene de subsistir en el ambiente natural con una dieta combinada de vegetales y animal. Y si observamos a los perros en estado salvaje, o a sus antecesores los lobos, veremos que consumen las substancias vegetales que se encuentran en los intestinos de su presa.

Tradicionalmente se considera al perro como un animal carnívoro. Incluso si recurrimos al diccionario de la Real Academia Española, nos señala al perro como tal. Pero en la práctica no es tan así. Y siempre resulta más interesante la vivencia concreta y personal que una teoría generalizada que no siempre se ajusta a nuestra realidad.

Es verdad que a los perros les gusta comer lo animal, y sobre todo si los hemos criado dándoles primordialmente ese alimento. Pero he podido comprobar personalmente y he oído y leído de otros que les sucedió lo mismo, que un perro vive perfectamente bien sin necesidad de basar su alimentación en la carne.

Ahora, ¿por qué motivo voy a optar por una dieta vegetariana o primordialmente basada en vegetales? Las razones son varias: existe un considerable aumento en la salud de nuestros perros. Disminuyen los cánceres, los parásitos como pulgas, piojos o ácaros, las infecciones, el hipotiroidismo, las alergias, artritis, diabetes y se resuelven cataratas, mejora el pelaje y la vitalidad general es notoria. Un perro vegetariano se mantiene más joven por mucho más tiempo.

Puedo dar testimonio de estas cosas, porque anteriormente yo alimentaba a mi perra con alimento comercial, a base de carne o pollo, por mi ignorancia sobre estas cosas. Pero desde que le doy comida vegetariana, casi de la misma que preparo para mi esposo y para mí, ella cambió muchísimo en su estado general de salud y, si bien siempre fue inquieta, ahora está mucho más vivaz y de mejor humor, aún con el paso de los años.

Actualmente su pelaje es más lustroso y brillante, antes tenía exceso de lagañas en sus ojos y ahora los presenta limpios, engordaba muy fácilmente y ahora está en línea, solía tener pulgas y desde que come verduras y cereales no le apareció ninguna más. Y algo notorio: en pocos días cumple 8 años y por lo general parece una cachorra. Tiene actitudes muy juveniles y una gran vitalidad. De todos modos hay que saber combinar bien verduras, cereales, frutas, complementos, para lograr esos buenos resultados que buscamos.

lunes, 6 de octubre de 2008

La salud de nuestros animales



Cada uno de nosotros, ama a su perro o a su gato y desea brindarle lo mejor, como la atención veterinaria, el cariño, los paseos y también la alimentación. Muchas veces no hacemos las cosas del todo bien, simplemente por falta de información. Yo fuí aprendiendo poco a poco con mi perra y fui modificando conductas a medida que me interioricé de algunas cosas. Algo fundamentalísimo, a la hora de brindarles lo mejor, es seleccionar cuidadosamente lo que comen, porque gran parte de su vida depende de un buen alimento.

La salud de nuestros perros y gatos corre un gran riesgo cuando los animales reciben una dieta basada en los alimentos comerciales. Desperdicios del matadero, carne de de animales muertos, moribundos, lisiados o enfermos, grasa vieja de los restaurantes que contienen alta concentración de radicales libres, grasas ácidas del transporte, cuerpos derretidos de perros y gatos adquiridos en refugios de animales, carne vieja y en mal estado de los supermercados, pescado podrido con un alto nivel de toxicidad... y todo ello con una adición de una sopa de entrañas, parcialmente disueltas, de pollo. Estas combinaciones significan un lamentablemente delicioso manjar para gatos y perros.

A todo esto agreguémosle la presencia de bacterias patógenas, virus, hongos, los residuos de las hormonas y de los antibióticos más los peligrosos conservantes comunes en estos alimentos. Como producto de esta terrorífica alimentación, sobrevienen enfermedades de riñón, hígado, sistema neurológico, corazón, graves problemas en los ojos y en la piel, como así también en los músculos, en los huesos, en la sangre, defectos en el nacimiento y enfermedades infecciosas.

Sabiendo estas cosas, no es para pensarlo dos veces. Una buena alimentación casera, basada en un minucioso conocimiento sobre nutrientes de los alimentos, ayuda enormemente a brindar y mantener una excelente salud en nuestros animales. No obstante, tengamos en cuenta de no darles exactamente lo que comemos nosotros, porque los condimentos, las salsas, las frituras, la cebolla, la remolacha, el azúcar y el chocolate, son venenos para un perro.

Desde que come comida casera, “Pequita” está radiante de salud y vitalidad. Le suelo preparar polenta y la mezclo con ajo crudo, aceite de girasol (primera prensada en frío) y levadura de cerveza. A esto le agrego zanahoria, que se la doy rallada y que es su gran pasión. Y coronando el manjar, un poco de yogur casero más la cáscara molida de un huevo. En la próxima les dejaré más ideas de comidas para perros que son las que yo sigo con ella.