martes, 24 de marzo de 2009

Al perro perro y al gato gato


Hace ya varios años que nuestros animales domésticos, tanto perros como gatos y otros animales que suelen vivir en el hogar, se han transformado en víctimas de nuestro incorrecto hablar.
Muchas veces empleamos mal un vocablo en forma colectiva, simplemente por ignorancia, y entre todos nos entendemos porque todos hablamos igual, pero estamos incurriendo en un tremendo error de concepto y podemos llegar a decir aberraciones sin saberlo.

Tal es el caso de la palabra “mascota”, mediante la cual comúnmente, nos solemos referir a un perro, a un gato o a cualquier otro animal doméstico. Este vocablo está sumamente difundido en nuestro idioma. Por lo general, se lo usa como traducción de la palabra inglesa “pet”. Pero “pet” significa favorito, amorcito, mimado y “mascota” que viene del francés mascotte, es amuleto, y viene de una palabra de origen occitano que significa embrujo, hechizo. A su vez, esa palabra deriva de otra de origen germánico o celta, que es masca y significa bruja.

Como vemos, existe una enorme distancia entre pet y mascota.
Es bueno que hablemos en nuestro idioma, y no diremos pet, pero mascota... ¿es realmente la palabra correcta para mencionar a nuestros perros y gatos, conociendo lo que significa tal palabra? Mejor llamémoslos por su nombre. El perro es perro y el gato es gato. Después vienen, por supuesto, los apodos tiernos que ellos nos inspiran.

Cuando las costumbres se encuentran muy arraigadas socialmente y son de uso tan frecuente no es fácil combatirlas. Pero sería interesante que tratemos de corregirnos a nosotros mismos y que se lo enseñemos a los niños. Además, hay un Único Creador que dió vida a las bellas criaturas que tenemos en casa y que alegran tanto nuestras vidas, y no es precisamente una bruja ni un brujo.