sábado, 29 de diciembre de 2007

De la Manada a la Familia


Fue hace muchos siglos atrás cuando se produjo el primer encuentro entre el hombre y el lobo. Ambos vivían en grupos, ambos eran cazadores, ambos eran sociables por naturaleza, ambos se necesitaban.

Los hombres tenían sus asentamientos y los lobos merodeaban en los alrededores. Un día decidieron ir a cazar juntos. La cosa funcionó perfectamente. Otro día volvieron a ir, y otro día más... Compartían lo que cazaban. Se sentía bien juntos, ambos disfrutaban de la vida social... Después, cada uno se quedaba en su casa.

...Y así pasaron años y años y más años. Cada vez se iban entendiendo más. Cuando iban a cazar cada uno cumplía su rol a la perfección. A veces no hacía falta más que... no digo mirarse... ni eso siquiera. Solamente sintiendo al otro que estaba allí ya sabía cada uno qué debía hacer, cuándo y cómo. Formaban un dúo perfecto.

Y así fue como hombre y lobo constituyeron un excelente equipo de trabajo. El más fuerte dominó sobre el más débil, pero no por prepotencia, sino por medio del
compañerismo, la solidaridad y el entendimiento mutuo.

Y al fin algunos lobos comenzaron a vivir en el campamento con los hombres. Tal vez al comienzo, las mujeres adoptaron cachorros y los criaron, y jugaban junto con sus niños. Con el paso del tiempo, y mediante el amansamiento de los lobos que se criaban con los hombres, se produjo la domesticación. Tengamos en cuenta que un animal se puede amansar, pero la domesticación de una especie es un proceso genético que lleva años.

Tras la domesticación vino el compartir otras tareas, no sólo la cacería, sino también la vigilancia del hogar, el pastoreo y otros trabajos más. Algunos dicen que que se lo comenzó a llamar perro durante el trabajo. Los pastores llamaban a los canidos que cuidaban a las ovejas con el sonido prrr , y de ahí se cree que proviene la palabra perro. Creo que la metamorfosis de lobo a perro fue tan lenta y progresiva que no puede precisarse con exactitud.

Perro y lobo y pertenecen a la familia de los cánidos y casi todas las investigaciones coinciden en que uno proviene del otro. Hay ciertas razas de perros que tienen un parecido tal con el lobo que apenas podemos distinguirlos, como el caso del siberiano. Muchos comportamientos perrunos son exactos a los de los lobos. En su carácter y conducta social, no existen prácticamente diferencias.

Y volviendo al histórico encuentro... Lo que comenzó con una relación de conveniencia mutua, se convirtió luego en una sociedad de caza... hasta que por fin, el lobo transformado en perro, empezó a vivir en el campamento junto con el hombre. Dejó la manada de lobos y se integró a la familia humana. Dejó de ser un simple socio para transformarse en un amigo. Y la adaptación mutua fue tan profunda y verdadera que nació de ella una maravillosa historia de amor.

El amor que une al hombre y al perro se ha acentuado tanto con el tiempo, que hoy hablamos concretamente que nuestos perros son integrantes de nuestra familia con deberes y derechos como cada uno de los demás. Y así fueron surgiendo (y seguirán...) nuevos códigos de convivencia y respeto mutuo en pos de una vida mejor.

Miremos a los ojos a nuestro perro... Detengámonos un instante a reflexionar sobre su genética, sus antepasados, su historia celular, su venida al mundo y por fin a nuestro hogar. Comprendámoslo... El es diferente a nosotros, no es homo sapiens, es canis familiaris. El amor nace, crece y se profundiza cuando sabemos comprender y aceptar las diferencias. Amémoslo por lo que él es, así como él nos ama a nosotros, por lo que somos.

Y no olvidemos que Dios nos puso en este planeta con un mandato, la de tener autoridad sobre todo lo creado. Pero esa autoridad no debe ser autoritarismo, sino amor. El autoritarismo proviene del odio, el verdadero liderazgo es el que se genera desde el amor. Y el amor no daña a nadie, sino que bendice.

Cuidemos y amemos a nuestros perros como seres más débiles, no olvidemos que ellos dependen totalmente de nosotros. Somos los únicos que podemos proveerles para su subsistencia, y no me refiero sólo al alimento, al agua, al lugar abrigado para dormir, las vacunas y a la oportuna consulta veterinaria, sino a nuestra atención constante y amorosa. Recordemos que nosotros tenemos relaciones sociales, familiares, actividades fuera de casa, trabajo, proyectos... pero él... sólo nos tiene a nosotros.

1 comentario:

Bubbly, Lydia, and Sinka dijo...

I SPEEK ENGLISH!!!

U NO SPEEK ENGLISH!!!

AAAAAHH!